Mensaje de los presos políticos del PIP redactado y leído por la joven Yahaira Velázquez momentos antes de que el juez de la corte de los Estados Unidos en Puerto Rico, José Fusté, sentenciara a los convictos el 21 de julio de 2000.
Señor juez:
Me dirijo ante usted a nombre mío y de mis compañeros, miembros del Partido Independentista Puertorriqueño.
Desde el día en que decidimos entrar a los terrenos ocupados por la Marina de Guerra de los Estados Unidos, nuestra posición ha sido la misma:
Entendemos que la presencia de la Marina de Guerra de los Estados Unidos en territorio viequense representa no sólo una violación a los derechos humanos y a la salud de los que allí viven, sino una violación a la dignidad del pueblo puertorriqueño. Teniendo presente la frustrante impotencia que conlleva la situación colonial de Puerto Rico y no quedando ya ninguna otra alternativa para evitar que continuara esta agresión contra la paz y seguridad de los puertorriqueños, decidimos, de forma pacífica, adentrarnos en territorio que reconocemos como nuestro, que en justicia nos pertenece a todos los puertorriqueños. Nuestro único propósito siempre fue y sigue siendo el de terminar con este atropello a la dignidad de los viequenses y de todos los puertorriqueños, de forma pacífica.
Me dirijo a usted hoy, no sólo como mujer independentista, sino como joven y estudiante. Pero teniendo la certeza de que éste es no sólo el sentir de mis demás compañeros, sino el sentir de la inmensa mayoría del pueblo de Puerto Rico. Así nos lo han demostrado. Estamos aquí en representación de los distintos grupos sociales y religiosos, que desde el inicio de esta gesta no han dejado de demostrarnos su apoyo.
Sé que hemos cumplido con nuestro deber ante Dios y ante los hombres. Porque con nuestro acto defendemos el derecho inviolable de todo ser humano a vivir en paz. Nuestro sacrificio no será en vano porque quedará plasmado para siempre en la historia como ejemplo de lo que el ser humano es capaz de hacer para defender la libertad y la dignidad de un pueblo. Se escribe un nuevo capítulo en la historia de la lucha por la descolonización de nuestra Patria, porque lo que ha ocurrido en este país será recordado por generaciones como una acción de amor y solidaridad con un pueblo que sólo ansía justicia, respeto y que quiere vivir en paz.
Si defender la paz y la libertad de los seres humanos es para usted un delito; que así sea.