Los fantasmas independientes pretenden medir el tamaño de su ego con el voto de los puertorriqueños

 

Por: Juan Manuel Mercado Nieves
Publicado en El Vocero
5 de abril de 2016

 

 

Juan Mercado Nieves“Los hombres políticos de estos tiempos han de tener dos épocas: la una, de derrumbe valeroso de lo innecesario; la otra, de elaboración paciente de la sociedad futura con los residuos del derrumbe.”- José Martí

Piensan que sus dimensiones son faraónicas. Al verse ante el espejo notan que no hay hito que pueda medirlos. No existe referente cuando se trata de ellos. Llegaron de la nada y esperan que el Pueblo los elija. Es como cuando un desconocido exige que le entreguen un cheque en blanco. Estos fantasmas no son las figuras quiméricas que recogen construcciones de la imaginación. Tampoco son los denominados cadáveres insepultos o los zombies, o los sonámbulos que nos aterran por la televisión cada fin de semana. Ellos son los candidatos independientes de Facebook y Twitter a la gobernación de Puerto Rico.

Con sus varitas mágicas obtenidas de un alegado éxito en los negocios ­-subsidiado por el mantengo de las estructuras coloniales- simplifican los reclamos de desarrollo económico, estereotipan las luchas ambientales y minimizan los reclamos de los maestros de una formación digna para sus estudiantes y condiciones semejantes de trabajo para ellos. ¿De qué lado han estado cuando se habla de la reforma energética, hecha a la medida de los bonistas? ¿Dónde se metieron cuando los estudiantes del sistema universitario público del país se enfrentaron a las macanas rojas y azules? ¿Qué han dicho sobre el mal que nos ha causado la dependencia económica? ¿Han denunciado el espectro de la incineración que atormenta a pueblos del sur de la Isla y que amenaza al norte de Puerto Rico? ¿Han propuesto algo que no sea más dependencia y entrega, cuando se trata de atajar el tráfico de drogas y de armas? ¿Dónde han estado cuando las trompetas del penepé y los coros de los populares favorecían traquetear con el derecho del Pueblo a la fianza? ¿Qué han dicho sobre el bombardeo en Vieques como manifestación cabal de la relación de subordinación política que vivimos los puertorriqueños? ¿Se han expresado sobre el inversionismo político? ¿Piensan que los puertorriqueños somos incapaces de administrar y por eso aplauden el establecimiento de una junta de control fiscal? Más allá de un ego que no cabe en el Cañón de San Cristóbal y que sobrepasa en altura al Cerro Punta, estos fantasmas que llegan con el “súper yo” inflado y una trillada quincalla de ofrecimientos, producto de algún estudio de mercadeo político: ¿qué dicen?

Los fantasmas independientes pretenden medir el tamaño de su ego con el voto de los puertorriqueños. Son candidatos virtuales que se han servido bien del sistema colonial, por lo que nunca han exigido el fin de nuestra subordinación política. Tampoco han esbozado una propuesta coherente para atender la crisis de las finanzas del país que arrastra una deuda pública que sobrepasa los 70 mil millones de dólares, que sacrifica los servicios básicos y que hipoteca nuestras esperanzas. Estos Trump caribeños buscan decir cualquier cosa con tal de salir en las noticias, pues están claros en su intención de llegar a Fortaleza para sentarse en el Salón de los Espejos, admirar la imagen de su reflejo y escuchar los ecos del poder.

La crisis nos obliga como Pueblo a enfrentarnos a nuestra realidad y construir nuestro futuro. El ELA no es otra cosa que la miseria que se ve y, según la propia clase gobernante estadounidense, la estadidad no es opción. Gobernar, como ha dicho la candidata del PIP, María de Lourdes Santiago, no implica ir “a la campaña electoral para seguir cambiando las fichas en el mismo tablero...Yo no quiero llegar a la gobernación para ser parte de ese juego; yo quiero llegar a la gobernación para derribar esa mesa y levantar un país distinto.”