Los últimos días de la Sesión Legislativa
Por: Denis Márquez Lebrón
Publicado en Periódico Metro
13 noviembre 2015
Nada nuevo, todo sigue igual, lo mismo de siempre, medidas por descargue a última hora, cambios generales y cosméticos a la legislación enviada desde Fortaleza, avalancha de proyectos para aprobarse, esto ha sido lo constante en los días finales de aprobación de medidas en la legislatura. Mientras, como en ocasiones anteriores, diversos grupos de interés rondan por los pasillos del Capitolio tratando de cabildear en contra o a favor de algún proyecto de ley, que por un lado se enteran de su existencia a última hora o de nuevas enmiendas que cambian por completo el contenido de lo que conocían del proyecto.
Todo el proceso legislativo, al igual que el resto del gobierno, es un círculo vicioso. La mayoría legislativa reconoce desde sus escaños la existencia de una crisis económica y fiscal, reconocen que los gobiernos del PDD y del PNP fueron quienes nos llevaron y son los máximos responsables de toda esta debacle económica y social. No obstante, a estas alturas del siglo XXI, los defensores mas incondicionales del ELA colonial, aún imploran por las 936 y tiemblan al escuchar que su modelo de “lo mejor de dos mundos “está en bancarrota y que es imperativo acabar con él, como reclamó la mayoría de este país en las urnas en el 2012.
Su respuesta ha sido la entrega de la administración del presupuesto, del gasto, la entrega de la finanzas publicas y la entrega del gobierno a manos de una llamada Junta de Control Fiscal, compuesta posiblemente por cinco extranjeros, y exenta de cumplir con los mas mínimos controles éticos y legales que se le imponen a los funcionarios públicos. Es, en otras palabras, la abdicación de las funciones mínimas de gobierno, mediante la entrega a los que desde “la gran manzana “imponen condiciones y órdenes en aras de sus grandes intereses y capitales, a costa del servicio público que se le debe brindar a todo un país, que es la victima principal de toda esta crisis, y retratando en vivo y a todo color la realidad de la subordinación política.
Todo parece indicar que el mal llamado proyecto de ley para la revitalización de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), será parte de una posible sesión extraordinaria de la legislatura, cercana al periodo navideño. Al igual que el proyecto de la Junta Control Fiscal, este proyecto será para complacer a los bonistas que aprietan y ahogan a esta corporación pública. A todas luces, de aprobarse este proyecto, y nada indica que no suceda, el gobierno le brindará al país, como “aguinaldo navideño”, un aumento a las tarifas de la AEE, y se consumará la entrega de la corporación a manos de intereses privados y extranjeros. Este proyecto mutila la jurisdicción de la recién creada Comisión de Energía y, una vez más, limita la participación ciudadana en la nueva junta de la Autoridad. Además del intento de reducir los beneficios de los trabajadores y el trastoque de la visión y política pública de la Autoridad - del servicio hacia la ganancia- , esta medida privatizará la generación de energía, asestándole un duro golpe a un elemento clave para el futuro de esta corporación pública.
Desde diversos espacios hemos reclamado que los que componen la legislatura, tanto el Senado como en la Cámara, actúen y se comporten a la altura de los tiempos en que vivimos. La legislatura debe actuar con ideas de trasformación social y económicas, reconocer y adjudicar responsabilidades a los que con sus actuaciones quebraron el gobierno, el sistema de retiro y las corporaciones públicas. La legislatura debe cumplir con su rol de representar al pueblo, y no darle la espalda, aprobando legislación como si sus representados fuesen los grandes intereses. Durante este cuatrienio solo ha habido una voz de constancia, de fiscalización y de conciencia legislativa, la Senadora Maria de Lourdes Santiago. En la Cámara no tenemos un representante del PIP, para que también sea la voz de todo el pueblo. Esto no puede volver a suceder. La voz, la presencia, la fiscalización del PIP son necesarios en toda la legislatura.