Tiempo de exigir libertad Por Denis Márquez Publicado en Metro PR 8 de abril de 2016
Tiempo de exigir libertad
Por Denis Márquez
Publicado en Metro PR
8 de abril de 2016
Puerto Rico lleva varios días de conmoción política y social a raíz de la circulación del borrador del proyecto que propone la creación de la junta de control fiscal. Con ello ha quedado demostrado, una vez más, el carácter colonial del Gobierno de Puerto Rico, de sus instituciones y de su mal llamada Constitución. Se manifiesta de forma contundente la necesidad del cambio, de la transformación, de un nuevo modelo en Puerto Rico, donde los poderes políticos y económicos estén en manos de los puertorriqueños, como corresponde.
Durante décadas, desde el independentismo, hemos denunciado firmemente, de múltiples maneras, el carácter colonial y de inferioridad política del ELA. Desde su formulación y posterior creación, hemos planteado la inexistencia del llamado pacto, cuyo establecimiento constituyó un patético engaño del Gobierno de Estados Unidos con el consentimiento de sus súbditos del Partido Popular. Esa denuncia constante costó al independentismo su criminalización y persecución por parte del Gobierno federal y de los Gobiernos populares y penepés. Las políticas educativas y sociales de estos gobiernos fueron semilleros de toda una cultura anexionista que elevó a rango sacramental la ciudadanía norteamericana. Recientemente, tuve el privilegio de conocer en Barranquitas a don Orestes Alicea, fundador del Partido Independentista Puertorriqueño, quien, al hablar de la imposición de la junta de control fiscal, me expresó: "Siempre lo dijimos; el ELA es la colonia".
Esta junta es la culminación del abuso colonial y la sentencia de décadas de subordinación política. Ahora, en "blanco y negro" y en inglés, se derogan "de facto" las facultades de la Legislatura y del Ejecutivo. Toman abiertamente control del presupuesto del país, de nuestras contribuciones, de los servicios esenciales, pero todo dirigido a proteger los intereses estadounidenses, que, en esta ocasión, se manifiestan representados por los grandes bonistas.
Ante esta cruda realidad política, son tiempos, más que nunca, de entereza y de firmeza, de exigir y de presentar una oposición real y eficaz. No es suplicar lo que no existe; no es hacer el aguaje de pedir respeto por una democracia o una autonomía que nunca formaron parte de la relación política con Estados Unidos. Es exigir al Congreso de Estados Unidos el calendario del proceso de descolonización entre alternativas no coloniales, no territoriales. Bajo el régimen colonial y territorial, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del norte nos señalan constantemente qué podemos o no podemos hacer con nuestros problemas económicos y fiscales.
No son tiempos de considerar y acceder a ningún tipo de modelo de junta que alega conceder más o menos garras a los líderes coloniales. Son tiempos de exigir la reestructuración de la deuda, que se comprometan a proveer de un mecanismo de protección judicial ante la insolvencia del gobierno colonial. Tiempos de negociación de todos los términos de la deuda colonial y de proveer de una inyección de liquidez al Banco Gubernamental.
Se requiere y se necesita la unidad de todo el país que exija cumplir con el mandato de la mayoría de este pueblo que, con nuestro voto en el 2012, rechazamos el territorio, la subordinación y el colonialismo. Requiere que exijamos el inicio de un proceso de descolonización fundamental para impulsar la necesaria transformación de nuestra sociedad y la gradual eliminación de los principales problemas que el estatus colonial ha provocado en el país.
Requiere, además, utilizar el instrumento del proceso electoral para exigir la descolonización, para protestar contra el colonialismo, para derrotar a todos los candidatos que han sido cómplices de la junta de control fiscal, quienes también han sido los responsables primarios de la quiebra económica y social de Puerto Rico. Es votar por la única candidata a la gobernación que se opone a la junta y al colonialismo. Es elegir en la Legislatura a los que hacen falta, a los que representamos al pueblo eficazmente, con compromiso, con conciencia social y que, además, vamos a fiscalizar y a denunciar los atropellos del Gobierno colonial y federal y a legislar para el pueblo. Es votar juntos por la independencia para demostrar nuestro poder como país, el país que debe ser. Votar y apostar por el futuro, por la independencia.